viernes, 30 de noviembre de 2012

Too fast.

Se despertó sobresaltada, había vuelto a tener la misma pesadilla... Corrió hacia la ventana para abrirla de par en par y dejar que el aire glacial congelara el sudor que la bañaba. Respiró profundamente un par de veces y acarició los pequeños copos que caían, tímidos, sobre el asfalto gris. Cogió el jersey de lana más gordo que encontró en su armario y se encaramó al alféizar. Desde allí, saltó al tejado. Su pequeño refugio. Se abrazó las piernas y hundió la cabeza entre las rodillas. El cielo comenzaba a clarear por el este y ella sentía cómo sus temores volvían a apoderarse de ella...
Huía, no sabría decir con exactitud de qué o de quién, pero corría lo máximo que sus delgadas piernas le permitían. El pasillo por el que trataba de escapar la cercaba cada vez más y más, y el tic-tac de aquellos relojes infernales resonaba en sus oídos haciéndola enloquecer. Llegó a una puerta final que abrió de una patada. Se paró en seco, al otro lado se extendía un negro abismo sin principio ni fin... Notó como aquel escalofriante aliento comenzaba a acariciar su espalda y decidió saltar. Y gritó. Gritó con todo el aire que le quedaba en sus pulmones. Gritó del modo más angustioso que se podría imaginar jamás... Porque el tiempo ya no corría detrás de ella sino en ella. A medida que se adentraba más en aquella oscuridad que la envolvía, sus huesos perdían elasticidad, su piel empezaba a marchitarse, su pelo negro azabache tornaba blanco como la nieve y su corazón latía más despacio. Y entonces, llegaba al fondo de aquellas sombras, pero ya no estaba allí...
El sol había alcanzado su cénit y brillaba con intensidad pero no conseguía transmitirle su calidez. Las lágrimas que derramaba se congelaban en el instante en que rozaban sus mejillas y cada vez le costaba más respirar... Bajó a su habitación, cerró la ventana y se metió bajo las mantas que cubrían su mullida cama. Pero por más que lo intentara no conseguiría entrar en calor... Era demasiado tarde, el hielo se había apoderado de su corazón.

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